Gig Economy: ¿enriquecimiento o esclavitud moderna?

El término "economía de conciertos" describe una forma moderna de trabajo en la que los trabajadores por cuenta propia, autónomos o personas con empleo marginal trabajan bajo demanda. Los conductores de Uber, los repartidores de Foodora, los operadores de Airbnb y compañía están vinculados a un servicio en línea que actúa como intermediario para los clientes finales. A menudo no hay un empleo regular, ni hay oportunidades de progreso. La presión competitiva es alta. Si bien el término "concierto" proviene de la industria de la música, este trabajo "jornalero digital" (FAZ) no tiene nada que ver con la libertad artística.

¿Qué es la economía del concierto?

Como se describió al principio, la economía gig es una parte del mercado laboral en la que los pedidos individuales (entrega de alimentos, transporte de personas, carga de baterías de e-scooter, etc.) se dan con poca anticipación a las personas que están registradas para tal fin. Una plataforma o aplicación en línea sirve como intermediario entre los clientes y los proveedores de servicios. 

También puede trabajar de esta manera desde la oficina en casa, al aceptar pedidos a través de plataformas para diseñadores, redactores, traductores, etc. Además de las tareas digitales, también existen plataformas para artesanos o personal de limpieza para adjudicar contratos y solicitudes de trabajo práctico. Y por supuesto, también hay trabajo bajo demanda en el sector de los bloggers, aunque los redactores autónomos tienen mejor cualificación que los conductores de Deliveroo, por ejemplo.

¿Quién es la economía del concierto?

Pero, ¿quiénes son las personas que se suben a sus propias bicicletas para repartir comida? ¿Quién lleva a extraños de A a B en su propio automóvil? ¿Y quién recoge los patinetes eléctricos por la noche para cargarlos a 4 euros cada uno en su propia casa y luego volver a configurarlos? Según un estudio de McKinsey, aparentemente del 20 al 30 por ciento de la población activa en los EE. UU. y algunos países de la UE como Alemania. Los estudiantes vienen primero a la mente; pero también personas que quieren ganar algo extra además de su trabajo habitual. 

Según la encuesta subyacente, el 70 % de las personas que trabajan en la economía informal deberían hacerlo voluntariamente y sin necesidad. Pero eso significa que el 30 por ciento hace un trabajo de jornalero a base de llamadas digitales, porque de lo contrario no podrían llegar a fin de mes. Si tiene la suerte de poder alquilar una habitación gratis o incluso un apartamento completo a través de Airbnb en un lugar atractivo para los turistas, puede establecer sus propios precios. Cualquiera que entregue comida o cargue e-scooters tiene que aguantar el modelo de remuneración de la plataforma.

Oportunidades, riesgos y críticas

Los defensores de la economía colaborativa ven numerosas oportunidades; por un lado para las start-ups que eligen este modelo de empleo para sus proveedores de servicios, y por otro lado para las personas que tienen dificultades para acceder al mercado laboral. Por un lado, se pueden ahorrar costos, por otro lado, se gana dinero, aunque comparativamente poco. En algunas zonas tampoco hay apenas riesgos financieros o de salud, ya que los redactores, diseñadores, propietarios de Airbnb y similares pueden establecer sus propios precios y trabajar desde casa.

Pero puede ver rápidamente los riesgos si observa otras áreas, como la entrega de alimentos o el transporte de pasajeros. Y no tienes que ser un crítico de la economía de conciertos para eso. En estas y otras áreas, como los oficios o la limpieza de edificios, los contratistas necesitan su propia infraestructura (vehículo, teléfono inteligente, Internet móvil, etc.), así como su propia protección en forma de seguro para ellos, su vehículo, responsabilidad civil, etc. . ¿Se puede financiar esto con los pocos euros que se obtienen del trabajo de jornalero? 

Y son precisamente estos y otros puntos los que suscitan serias críticas a un modelo de trabajo que, con algunos ajustes, quizás hasta pueda ser visto positivamente. Porque aquellos que no están suficientemente asegurados y mal pagados con la competencia respirándoles en el cuello están en constante estrés. El “contrato de trabajo” o las condiciones pactadas de uso de la plataforma también carecen de normas de cogestión; No hay sindicatos ni comité de empresa. También se buscan en vano oportunidades de ascenso, un aumento de salario es cuestión de suerte.

Hechos y cifras

Si está interesado en el tema, acceda a "Gig Economy Statistics" o "Gig Economy Study". motor de búsqueda de su elección. No puedo ni quiero reproducir todo el contenido que se puede encontrar de esta manera aquí. Con referencia a varias encuestas e investigaciones, dice en una actual Artículo de iOffice que el 36 por ciento de los trabajadores de EE. UU. trabajan en la economía de concierto. Si el 63 por ciento tuviera la oportunidad de cambiar de su trabajo actual a trabajar como contratista flexible, la aprovecharía. Por otro lado, el 55 por ciento de los que trabajaban de esta manera afirmó que también tenía un trabajo principal.

Por lo tanto, hay diferentes opiniones, perspectivas y oportunidades, dependiendo de cuánto se trate con las posibilidades y en qué área se esté o se esté activo. Forbes muestra que cada vez más personas aceptan este tipo de empleo (por el motivo que sea). Beitrag. Las plataformas correspondientes han crecido recientemente en un 30 por ciento. También están representados sectores como finanzas, agricultura, educación y construcción.

¿Cómo se puede reparar el sistema?

Ciertamente, algunos pueden lanzar su tan esperado trabajo por cuenta propia con la ayuda de la economía de conciertos y asegurar la experiencia para luego vender en el mercado laboral. Otros, o incluso la mayoría, permanecen en el mismo nivel y es posible que no encuentren trabajo fuera de las oportunidades de empleo a través de la plataforma en línea. 

Cuanto más te sumerjas en la economía de los conciertos con tus propios recursos, más difícil será salir de ella. Así que ¿qué se necesita? Según quienes apoyan el propio sistema, pero ven mejorable la forma actual, lo siguiente: salario justo, voz y salvaguardias.

En el canal de YouTube "BBC Newsnight" encontrará el informe correspondiente "Ho to fix the gig economy", que muestra problemas y examina soluciones. Aquí esto Video:

Fuentes, sitios web y videos

Se podría escribir al menos tres veces más sobre este tema. Pero en lugar de ir más allá del alcance, he seleccionado algunas fuentes para ti. Entonces, si está interesado en el tema, haga clic en estas publicaciones, artículos y videos:

• Definición alemana y vista desde diferentes perspectivas, Artículo de Wikipedia (también mire las pruebas individuales)
• Informe alemán “¿Dinero rápido con e-scooters? El duro trabajo de los exprimidores", YouTube, 6 minutos 11 segundos
• Breve explicación en inglés de la gig economy, YouTube, 1 minuto 15 segundos
• Conferencia en inglés del Prof. Paul Oyer, YouTube, 57 minutos
• Artículo de autoexperimento en inglés de Andy Newman, New York Times

vuestras experiencias y opinion

En resumen, la economía de los conciertos es el término para una especie de externalización extrema. Las tareas no se distribuyen a empresas externas sino a contratistas individuales. ¿Qué piensas? ¿Tienes experiencia con eso o incluso eres parte de esta área del mercado laboral? ¡Por favor deja un comentario!

Jen Kleinholz( Fundador y Sir Apfelot )

Jens dirige el blog desde 2012. Actúa como Sir Apfelot para sus lectores y los ayuda con problemas de carácter técnico. En su tiempo libre monta monociclos eléctricos, toma fotos (preferiblemente con el iPhone, por supuesto), escala las montañas de Hesse o camina con la familia. Sus artículos tratan sobre productos de Apple, noticias del mundo de los drones o soluciones a bugs actuales.